Costillar de cerdo asado con salsa de barbacoa
con sangría tinta La Fresquita
Ingredientes (para 4 personas)
Nivel: medio-difícil
2 costillares frescos de cerdo de tamaño grande o 3 de tamaño pequeño. Unos 2 kilos aproximadamente.
2 botes de cerveza rubia
Sal
Salsa barbacoa casera
*Acompañamiento
4-5 patatas grandes
Una cebolla
2 dientes de ajo
Pimienta negra molida
Un chorrito de vino blanco
Aceite de oliva
Sal
Preparación
Las costillas proceden de un corte especial del animal, especialmente del cerdo, y es diferente al practicado para la obtención de las chuletas de cerdo. Para elaborar esta receta, vamos a basarnos en las cotillas de lomo. Son costillas de pequeño tamaño pero con gran cantidad de carne. Proceden de la espalda del animal, es decir, de la parte superior de su caja torácica.
Antes de ponernos manos a la obra debemos quitarle cualquier resto de grasa compacta y restos de sangre. Lavamos la carne bajo el agua del grifo y dejamos escurrir, o la secamos con papel de cocina absorbente (para los menos pacientes).
Salamos por ambos lados, las colocamos sobre la bandeja del horno para asar y las regamos con la cerveza rubia. De seguido, las metemos al horno, previamente encendido a 180 °C, y dejamos las costillas al menos una hora. Durante este tiempo las iremos dando la vuelta para que se vayan haciendo por igual por ambos lados. Si vemos que la cerveza se consume, volvemos a regarlas de la misma manera sin rebosar la bandeja.
El secreto del costillar es que se vayan haciendo despacito, obteniendo de esta manera una carne mucho más jugosa. Cuando estén doradas es cuando las embadurnaremos de salsa barbacoa. Con una brocha de cocina, pasaremos una pincelada primero la parte trasera del costillar donde hay menos carne. Dejamos que se tueste un poco obteniendo así una capa de salsa caramelizada, y más tarde, hacemos lo mismo con la otra cara.
Para acompañar estas costillas podemos hacer unas patatas fritas o asadas, verduras, setas… o cualquier tipo de guarnición que más nos guste.
Truco fresquito: El resto de cerveza que queda en la bandeja se mezcla con parte de la salsa barbacoa que escurre de los costillares dando lugar a una salsa que está como para chuparse los dedos.
Fuente: Mytaste