La selecta relación entre la sangría y el cine

Leonardo Di Caprio y Brad Pitt charlan en torno a una mesa mientras les graba Quentin Tarantino. Se hallan en una taberna típica de Almería, cuna del spaghetti western, en una escena de Érase una vez en Hollywood (2019). Sobre la mesa, una bonita jarra de cerámica y dos vasos… con sangría. Y es que esta bebida puede encontrarse en diversas obras del mundo del cine, como complemento en la mesa en grandes charlas como ésta, e incluso ganando mayor protagonismo en algún caso.

En la mítica Casablanca (1942), Humphrey Bogart e Ingrid Bergman se contaban sus cosas entre trago y trago de un cóctel a base de ginebra, zumo de limón, azúcar y… champán del bueno. No era sangría, sino un combinado conocido como French 75. Aquellos dos personajes destacados de la interpretación rebosaban elegancia, pero también lo hacía Elle Woods, la peculiar abogada que interpretaba Reese Witherspoon en las dos entregas de Una rubia muy legal, y ella sí que bebía sangría. Bueno, y qué decir de la clase de los amigos Leonardo y Brad. Quién no compartiría una jarra de sangría con ellos (o unas botellas de La Fresquita).

Amélie Poulain, la icónica protagonista de Amélie (2001) que interpretó Audrey Tautou, bebía algo muy parecido a la sangría, el mulled wine, que en lugar de brandy utiliza una ginebra de color rojo que se obtiene de las endrinas.

En 2018, el polémico director Gaspar Noé estrenó la cinta Clímax, en la que la sangría juega un papel principal. Un grupo de bailarines se reúnen en una casa, alguien añade LSD a la bebida, y todos pierden la cabeza. Obvia decir que desde La Fresquita abogamos por el consumo responsable.

Mucho más ligera y de digestión agradable es la comedia romántica Tea & Sangria (2014), del director británico Peter Domankiewicz. También merece atención el cortometraje independiente hispanofrancés Santa Sangría (2018), de los realizadores Roser Martínez y Baptiste Grandin, que está circulando por festivales internacionales con muy buena acogida.

Para acabar, una mención especial para el personaje de origen vasco que aparece en la serie La juez Amy durante veinte capítulos, cocinando paella y acompañándola, cómo no, de sangría. Así que, con todas estas opciones, prepara las copas, coge la manta y aprovecha las tardes de estas fiestas con una película en la pantalla, ¡con sangría dentro y fuera de ella!